Las autoridades locales se vieron obligadas a suspender las clases a todos los niveles y cerrar oficinas de gobierno en la región de esta capital, debido a las fuertes lluvias y las condiciones de mal tiempo.
El volumen previsto de precipitaciones oscila entre 100 y 200 milímetros en la región de Gran Manila, donde se encuentra la urbe capitalina, por tanto el nivel de alerta se elevó aquí para advertir a la población de grandes riesgos como inundaciones en áreas próximas a ríos, donde puede ser necesario acudir a evacuaciones.
Según el Consejo Nacional de Gestión y Reducción del Riesgo de Desastres, ya hay estructuras colapsadas y se trabaja en el apoyo a comunidades anegadas.
Las provincias montañosas de Filipinas corren el riesgo de afrontar inundaciones súbitas y deslaves, de acuerdo con el pronóstico de la agencia meteorológica del país asiático.
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