El jefe de la principal federación de trabajadores israelíes (Histadrut), Arnon Bar-David, anunció ayer una protesta porque “un acuerdo es más importante que cualquier otra cosa”.
Diversas televisoras nacionales reportaron cierres de calles y marchas esta mañana en varias ciudades del país.
La huelga, que tendrá lugar en su primera fase solo por 24 horas, arrancó a las 06:00, hora local, y comenzó a extenderse en esta nación levantina, incluido el cierre dos horas después del aeropuerto internacional Ben Gurion.
Los gremios de abogados, de salud, de educación y de otros muchos sectores prometieron respaldar la medida, aunque otros evitaron pronunciarse o rechazaron sumarse.
El llamamiento de Histadrut enfureció al sector más radical del Gobierno, incluido el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, quien calificó el paro de ilegal y un respaldo a las posturas de Hamas.
Smotrich llamó a la Defensoría del Pueblo a presentar a la justicia medidas cautelares contra la protesta y luego el gabinete solicitó al Tribunal Laboral impedir que los empleados estatales se sumen.
Dos organizaciones derechistas también demandaron en las cortes detener la medida de fuerza.
La campaña en favor de un canje está encabezada desde hace meses por el Foro de Rehenes y Familias Desaparecidas.
La tensión e indignación nacional escaló ayer tras conocerse la víspera que el Ejército recuperó en Gaza los cadáveres de otros seis prisioneros israelíes.
En respuesta, cientos de miles de personas marcharon en la tarde por esta ciudad para exigir un canje.
“Están jugando a la política. Están retrasando el tiempo. No les importa si los secuestrados están vivos o muertos”, afirmó Ili David, hermano de Avitar David, quien se encuentra retenido en el enclave costero.
Por su parte, el exministro de Defensa y dirigente opositor, Benny Gantz, acusó a Netanyahu de intentar ganar tiempo por razones políticas.
Este último en reiteradas ocasiones afirmó que prioriza la aniquilación de Hamas a la vuelta a casa de los prisioneros israelíes.
Las conversaciones indirectas con la milicia palestina están paralizadas por la exigencia del político derechista de mantener el control de los llamados Corredores Filadelfia y Netzarim, en Gaza, durante una eventual tregua, en contra de lo acordado previamente.
El primer eje es una franja de tierra palestina de 100 metros de ancho y 14,5 kilómetros de largo que corre paralela a la frontera entre Egipto y Gaza, que Netanyahu no quiere evacuar con el argumento de impedir la entrada de armas y pertrechos bélicos a Hamas.
El segundo fue creado por el Ejército tras su entrada en el enclave costero para cortar en dos el territorio y facilitar sus operaciones en la zona.
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