La pregunta de si finalmente saldrá el humo blanco del Elíseo ronda en la mente de no pocos, con la creciente presión que enfrenta el mandatario por las discusiones en torno al presupuesto del Estado en 2025, que deben comenzar su camino en los próximos días para la llegada del proyecto el 1 de octubre a la Asamblea Nacional.
El panorama político no puede ser más complejo, ante la ausencia de una mayoría absoluta en la Asamblea, los reclamos del bloque de la izquierda Nuevo Frente Popular del derecho a gobernar, tras ser la lista con más diputados a raíz de las elecciones legislativas de julio, y las exigencias a Macron de que se incline hacia la derecha.
Las consultas iniciadas por el jefe del Estado desde finales de agosto arrojaron su negativa a aceptar la propuesta de la izquierda de llevar a Matignon a la economista Lucie Castets, lo cual atizó las tensiones, e incluso desató la puesta en marcha por La Francia Insumisa de un proceso de destitución del presidente, al que atribuyen opciones casi nulas de éxito.
La víspera irrumpió un nuevo nombre como el eventual designado para el puesto de primer ministro, el de Thierry Beaudet, quien lidera desde 2021 el Consejo Económico, Social y Ambiental (Cese), una de las instituciones de la República.
Muy poco se conoce de su perfil político, y diversas voces de la oposición alertan sobre una alegada escasa experiencia como para formar un gobierno en tiempos de tanta polarización.
Para otros, Beaudet pudiera ser una salida al no estar enmarcado en los principales campos en liza: la izquierda, el oficialismo y los conservadores, ya que la extrema derecha parece optar por esperar su momento en futuros comicios, además de que el llamado bloque republicano la quiere lejos del poder y de su entorno.
También han sido mencionados para Matignon el ex primer ministro socialista Bernard Cazeneuve y el conservador Xavier Bertrand.
Macron aspira a lograr un gobierno estable, lo más protegido posible de las mociones de censura que lo derriben en la Asamblea Nacional, un riesgo que estará latente, al menos hasta que el mandatario decida volver a disolver la cámara baja, para lo que tendría que esperar al verano del 2025.
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