La portavoz de la Oficina con sede en Ginebra, Ravina Shamdasani, calificó el caso como “muy complejo” al advertir serias preocupaciones del organismo en materia de las garantías fundamentales.
Según la vocera, la entidad encargada de velar por los derechos humanos está considerando publicar un documento que establezca los parámetros dentro de los cuales se deben analizar estas situaciones.
«Seguimos este caso y nos resulta difícil ser más específicos en este momento», añadió al insistir en la necesidad de acceder a la información completa.
Durov, de origen ruso y ciudadanía también francesa, fue detenido por la justicia de París a finales de agosto por cargos que incluyen terrorismo, tráfico de drogas, fraude y blanqueo de dinero, ent⁵re otros, tras la negativa de Telegram de cooperar con las autoridades del país.
«Es necesario abordar los principios de legalidad, necesidad y proporcionalidad, el discurso de odio, la incitación al odio o la violencia y la desinformación dañina», afirmó al respecto la vocera de la ONU.
Por su parte, las autoridades rusas consideran que el arresto del empresario puede tener motiğvos políticos y ser una herramienta para obtener acceso a información personal de los usuarios de Telegram.
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