En una declaración que reproduce la agencia estatal de noticias ACNC, la oficina de información del Ministerio de Defensa Nacional aseveró que en los dos últimos meses las agresivas maniobras conjuntas Estados Unidos-Corea del Sur han agravado sensiblemente la situación en la región.
Recordó que del 19 al 29 de agosto esos dos países realizaron el ejercicio Ulchi Freedom Shield con una envergadura jamás vista al movilizar más de 200 aviones-caza y a numerosas unidades de respuesta a ataques químico, biológico, radiactivo y nuclear.
En ese, el mayor entrenamiento militar en Asia-Pacífico, participaron incluso Estados miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y de la Comandancia de las Fuerzas de la ONU (integrado por los aliados de EEUU en los tiempos de la Guerra de Corea, 1950-1953).
Señaló que también en agosto Washington y Seúl realizaron el entrenamiento de desembarco Sangryong, en el en que tomaron parte efectivos a escala de división, medios blindados y más de 80 aviones y unos 40 buques.
En ese mes, igualmente, se efectuó a cinco kilómetros de la frontera con la RPDC un ejercicio de movilidad al aire libre a nivel de brigada con el empleo de numerosos tanques y otros medios bélicos.
En julio y agosto, además, EEUU y Corea del Sur realizaron ensayos de operaciones especiales sobre infiltraciones en nuestra retaguardia y un ejercicio de tiro de combate y movilidad de pequeñas unidades, denunció el Ministerio de Defensa.
Esa imprudente y peligrosa locura militar tiene como premisa la agresión abierta al territorio sagrado de nuestro Estado y amenazan la estabilidad y la seguridad de la región, denunció.
Tales reiteradas acciones, alertó, pueden conducir a una coyuntura catastrófica irreversible.
Cuanto más frecuentes sean esos ejercicios, tanto más redoblaremos la voluntad de defender la seguridad del Estado y la integridad de territorio nacional, apoyándonos en las poderosas fuerzas autodefensivas y el fortalecimiento de nuestra capacidad disuasiva.
A inicios de año la RPDC decidió dejar sin efecto los mecanismos de reconciliación con Corea del Sur al considerar la Asamblea Popular Suprema que los continuados actos hostiles de Seúl prácticamente han conducido a las partes a una situación de guerra.
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