Desde que ganó su independencia en 1957, este país del Sudeste Asiático evolucionó con éxito de una economía de base agrícola y materias primas a una nación industrial robusta; creo que ese ha sido nuestro principal logro, destacó Radzi en entrevista con Prensa Latina.
No obstante, seguimos siendo un productor líder de aceite de palma. Por eso es importante no abandonar la agricultura, sino diversificar la economía, acotó
El diplomático señaló que Malasia también desarrolló los servicios financieros y el turismo, y es hoy un líder internacional en las finanzas en el mundo islámico.
Para Radzi, el mayor reto que hoy enfrentan es cómo propulsar una nación de ingresos medios a una de ingresos altos. “Ese es nuestro principal desafío ahora”, recalcó.
Además, “estamos enfrascado en modernizar más la industria, mejorar los servicios, elevar el nivel educacional y profesional de la población para tener mejores trabajadores calificados y potenciarlos más”, indicó.
La economía de este país de 34.5 millones de habitante en el Sudeste Asiático crece en 2024 más rápido de lo pronosticado. Cerró el primer trimestre con una expansión del Producto Interno Bruto de 4.2 por ciento, y la Federación de Fabricantes de Malasia vaticina que terminará el año con 5.1 por ciento.
Otro reto es alcanzar la cifra de turistas pre-pandemia. En 2019 Malasia registró 26.1 millones de arribos. En 2022, archivó 10.07 millones de visitantes, y en el primer trimestre de 2024 computó 5.8 millones, un incremento del 32.5 por ciento sobre igual período de 2023, “números que resultan alentadores”, calificó Radzi.
En política exterior, para Kuala Lumpur tiene gran peso sus nexos de desarrollo con las economías de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), sin relegar sus vínculos con el resto del mundo.
Actualmente, tiene relaciones diplomáticas con 188 países y territorios; es miembro de las principales organizaciones internacionales y en julio solicitó formalmente su incorporación al Grupo BRICS+.
Bajo ese prisma, Malasia sigue una línea independiente, pragmática, de principios, basada en los valores de la paz, el humanismo, la justicia y la igualdad.
En ella, fomenta buenos lazos de amistad y de cooperación Sur-Sur, y vínculos de beneficios mutuos con sus socios internacionales, afirmó Radzi quien desde La Habana es embajador concurrente en República Dominicana, Bahamas, Jamaica, Haití y Nicaragua.
Como parte de ese enfoque Malasia estableció en 1980 el Programa de Cooperación Técnica (MTCP, por sus siglas en inglés) para contribuir al desarrollo del capital humano de naciones del Sur Global, incluyendo a Cuba que ha sido un receptor de esta iniciativa desde 1998, acentuó Radzi.
Asimismo, estuvo presente en la IV Conferencia Internacional sobre Pequeños Estados Insulares celebrada en mayo en Antigua y Barbuda, a fin de conocer las necesidades de estas naciones, para ver cómo poder contribuir a su desarrollo sostenible, que fue el principal tema conclave, aseveró el embajador.
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