Con el nombramiento del otrora jefe negociador de la Comisión Europea con el Reino Unido por el Brexit, el mandatario busca aliviar las tensiones y las críticas, más de 50 días después de que aceptara la renuncia del primer ministro Gabriel Attal, tras los reveses oficialistas en las elecciones europeas de junio y las legislativas de julio.
Barnier, presentado como un conciliador, recibirá la encomienda de formar gobierno, en un contexto marcado por el reclamo del bloque de partidos de la izquierda Nuevo Frente Popular del derecho a gobernar, al ser la fuerza que más diputados logró en las urnas (193), aunque lejos de la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional (289).
Según medios de prensa, el flamante primer ministro se declaró “bien concentrado” para las misiones futuras.
Reina la expectativa de si el nuevo gobierno será duradero, ante la posibilidad de que triunfe una moción de censura para derribarlo en la Asamblea Nacional, donde sobresalen cuatro campos alejados de la mayoría absoluta: la izquierda, el oficialismo, la extrema derecha (Agrupación Nacional) y los conservadores.
También se espera que en los próximos días Macron explique a los franceses su decisión.
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