Aunque con altas y bajas en su cotización en la bolsa de valores, el “token virtual” no termina de despegar y no se cumplen las previsiones de sus promotores de que ya debería estar su valor cerca de los 100 mil dólares.
Aprobada por la Asamblea Legislativa el 8 de junio de 2021 y en vigor desde el 7 de septiembre de ese año, el activo es un “hueso” difícil de tragar para organizaciones crediticias internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que puso reparos en su permanencia en negociaciones para créditos a El salvador.
A las críticas de prestigiosos economistas como Philip H. Dybvig, quien señaló que “el mundo de las criptomonedas es un lio” aunque no lo bastante grande como para representar un problema para la economía, antecedieron las de otros premios Nobel como Joseph Stiglitz, galardonado en 2001 y ex economista jefe del Banco Mundial.
La verdadera razón por la cual la gente quiere una moneda alternativa es para participar en actividades viles: lavado de dinero, evasión fiscal, opinó sobre ese activo que ni se ve ni se toca.
«Lo que realmente deberíamos hacer», señaló en 2017, «es exigir la misma transparencia en las transacciones financieras con bitcoins que la que tenemos con los bancos». Si así se hiciera, dijo, el mercado del bitcoin «simplemente colapsaría».
Mientras ahora, en el plano nacional, cuando su precio ronda los 57 mil 930,47 dólares estadounidenses, luego de superar a mediados de año los 70 mil, no faltan las críticas sobre la ineficacia de la política financiera basada en esta moneda.
La diputada del partido Arena (derecha), Marcela Villatoro, califica la Ley del Bitcoin de «peor fracaso del gobierno» y cree que debería derogarse.
“El bitcoin ha sido el peor fracaso de este gobierno, aunque se enojen y no lo acepten, han hecho una cantidad sin fin de reportajes de extranjeros que vienen a ver si es cierto y se han dado cuenta que en la práctica nadie lo usa”, señala la legisladora.
Por su parte, el diputado Francisco Lira, también de esa agrupación, lanzó una pregunta: “¿Qué beneficio ha generado la vigencia del bitcoin como moneda de curso legal en el país?” y opina que este tipo de divisa se presta a la evasión fiscal o desvío de fondos públicos”.
Lira citó advertencias del FMI sobre que la volatilidad del bitcoin puede amenazar la estabilidad financiera del país, como la evasión fiscal y el posible desvío de recursos de áreas críticas para el desarrollo, como la infraestructura y los servicios públicos”.
Agregó que derogar la normativa «podría ayudar a estabilizar la economía y mejorar las relaciones con organismos internacionales”.
Otro frente de ataques y que preocupa a los salvadoreños es que no hay información oficial a mano sobre el manejo de los fondos usados para las compras de “un bitcoin” diario anunciada por el presidente Bukele ni sobre las ganancias.
“No sabemos hasta la fecha, la verdad, de las compras de bitcoins que se han hecho ni cómo y quién las hace, ni si hay ganancias y, si las hay, cómo se están usando esos recursos, una total falta de transparencia sobre ese tema”, asevera Villatoro.
El tema es bien controversial, e incluso, en sus declaraciones a la revista estadounidense Time, el propio Bukele aseguró que el activo “no ha tenido la adopción que esperábamos”.
“Yo esperaba más adopción, definitivamente, pero nosotros siempre nos preciamos de ser un país libre y libre en todo sentido”, argumentó. Al respecto, la Oficina Nacional del Bitcoin, entidad creada en 2022 para promover el uso de la criptomoneda, señaló que El Salvador tiene cinco mil 857 bitcoins, que al precio actual de 6 mil 366 superan los 356 millones de dólares.
Lo cierto es que el despliegue de promoción gubernamental es constante, pero, aún los resultados no demuestran que esta criptomoneda haya llegado para quedarse como la segunda de curso legal en El Salvador, después del dólar.
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