Colin Gray, de 54 años, fue acusado, entre otros cargos de homicidio involuntario y asesinato en segundo grado, informó el director de la Oficina de Investigación de Georgia, Chris Hosey.
Según las imágenes difundidas por la televisión, Gray apareció vestido con un uniforme gris de la cárcel en medio de una sala donde había unas 50 personas, además de representantes de medios y agentes del sheriff. Además, entre los presentes estaban familiares de las víctimas.
La mañana del miércoles el adolescente Colt Gray disparó fatalmente a cuatro personas, dos maestros y dos estudiantes, en la escuela secundaria Apalachee en Winder en su primer día completo como nuevo estudiante allí, dijeron las autoridades.
El muchacho será juzgado como adulto y tuvo su comparecencia en corte este viernes.
El juez Currie Mingledorff dijo que Gray, quien utilizó un fusil tipo AR 15 para la matanza, no sería elegible para la pena de muerte si es condenado, porque es menor de 18 años y los que podría enfrentar es una sentencia máxima de cadena perpetua con o sin posibilidad de libertad condicional.
Mingledorff también anunció que la corte fijó para el 4 de diciembre su audiencia preliminar.
Durante la breve sesión, Gray no se declaró culpable ni su abogado solicitó la libertad bajo fianza, tampoco hicieron esa solicitud para su padre.
Al ser interrogado previamente por los investigadores, el muchacho les confesó: «Yo lo hice”.
Respecto a Colin Gray, fue imputado de dos cargos de asesinato en segundo grado, cuatro de homicidio involuntario y ocho de crueldad hacia los niños.
De acuerdo con la declaración jurada de la orden de arresto, el hombre le dio a su hijo un arma de fuego «con el conocimiento de que era una amenaza para sí mismo y para los demás».
El juez Currie Mingledorff dijo que podría enfrentar hasta 180 años de cárcel si es declarado culpable de todos los cargos.
A principios de 2024 los padres de un adolescente que abrió fuego en una escuela de Michigan fueron sentenciados al menos a 10 años de prisión cada uno por no tomar medidas que hubieran evitado la muerte de cuatro alumnos en 2021.
Jennifer y James Crumbley, los primeros padres condenados por un tiroteo masivo en una escuela de Estados Unidos, fueron declarados culpables de homicidio involuntario y de indiferencia hacia la salud mental de su hijo adolescente, Ethan Crumbley.
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