La cifra equivale a 72 mil millones de soles, se registró en los tres primeros años de la década y solo con el monto de lo perdido en 2023 se hubiera financiado la construcción de 50 hospitales, mil 600 modernas escuelas o se pudo crear más de un millón de puestos de trabajo, afirmó el empresario.
Al exponer en un programa de capacitación de aspirantes a funcionarios estatales, dijo que las prácticas corruptas perjudican sobre todo a los pobres y limitan la inversión en infraestructura, salud, educación y otros sectores esenciales para el desarrollo.
De la Torre añadió que la corrupción limita las posibilidades de atraer inversiones extranjeras, por aumentar los riesgos que corren los potenciales interesados en incursionar en el mercado peruano.
Todos los presidentes elegidos en las últimas cuatro décadas han sido acusados, investigados o juzgados por corrupción, aunque solo uno, el exgobernante Alberto Fujimori (1990-2000) fue condenado por ese delito.
También han sido indagados, procesados o condenados decenas de gobernadores o exgobernandores regionales y alcaldes provinciales y distritales, además de funcionarios del aparato estatal y empresarios que pagaron coimas.
La modalidad más generalizada de corrupción y la de mayor envergadura es la de elevar los costos de las obras públicas para que el incremento compense el pago de sobornos y también se realizan obras innecesarias solo para cobrar coimas.
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