En poco más de una semana esparció por los barrios de Londres su polémica serie sobre la fauna; literal y aparentemente al décimo día descansó, pero continúan el misterio y las diversas interpretaciones en torno a esta saga del creador urbano.
Los seguidores del artista debaten el significado de las pinturas a tamaño natural, mientras, muchos de los escenarios analizados en estas obras sugieren que los animales simbolizan los recientes disturbios en Gran Bretaña, achacados a la extrema derecha con sus discursos de odio antiinmigrante.
Otra lectura encaja en que Banksy, conocido por defender los derechos humanos y de los animales, alerta sobre un conjunto de criaturas en cautiverio.
Una tercera explicación alude al criterio del corredor de obras, el británico Jasper Tordoff, experto en Banksy e integrante de la plataforma MyArtBroker, comercializadora de arte en el país, cuya apreciación involucró en su momento a Noé.
Analista de su filosofía creativa, Tordoff se basó en el pasaje del libro de Génesis sobre el Arca de Noé para intentar escudriñar en la serie sobre animales salvajes, que incluye además aves y hasta un gato.
A medida que el número de dibujos fue multiplicándose, surgió la teoría de la gran barca del personaje bíblico, pero la idea quedó solo en conjetura y se esfumó.
The Observer entrevistó a la empresa del artista y sus portavoces declararon que el desfile pretendía aportar algo de alegría en un período de noticias sombrías, pero nadie lo sabe porque él no dice nada más, manteniéndose hermético ante la vista de todos.
“El arte no es lo que ves, sino lo que haces ver a los demás”, expresó el pintor francés Edgar Degas, uno de los fundadores del impresionismo.
La expresión puede tener cabida en el contexto de este atípico personaje, según se dice, nacido en Bristol, ciudad del suroeste de Inglaterra, pero lo cierto es que Banksy levantó mucha curiosidad con esta secuencia la cual ya está bajo resguardo.
El gorila -su obra más reciente- y otros animales que parecían haber escapado del Zoológico de Londres pasaron a formar parte del patrimonio cultural de la institución cuyo objetivo es preservar esta fauna artificial. Su puerta quedó cubierta con una reproducción de la obra y el aviso: “Banksy woz ere” (Banksy estuvo aquí).
Banksy ha logrado mantener el anonimato desde que saltó a la fama en los años 90’ del pasado siglo. Sus obras se venden por millones, y aparecen en todo el mundo causando gran revuelo en el universo artístico y en las redes sociales.
(Tomado de 4ta Pared, suplemento cultural de Orbe)