“Al presentarse a apoyar el plantón de trabajadores del Poder Judicial de la Federación y corear consignas contra la reforma constitucional, la presidenta de la Corte, Norma Piña, actuó de forma imprudente y dejó claro que juega un papel central en ese movimiento que tiene un trasfondo político”, advirtió el vicecoordinador de Morena en el Senado, Ignacio Mier.
La ministra Piña se ha alejado completamente de su obligación constitucional de impartir justicia para convertirse en actor político, señaló.
Otros senadores morenistas deploraron también que la presidenta del máximo tribunal se haya sumado a las arengas contra la reforma judicial.
“Es una actitud ridícula; estuvo sólo 20 minutos para tomarse la foto y ponerse una camiseta que debió usar hace mucho, pero en favor de la justicia, no para defender sus privilegios y prebendas”, agregó Oscar Cantón.
Igualmente, el legislador por Oaxaca, Antonino Morales, recriminó a la titular por participar en manifestaciones, pero nunca haberse pronunciado por revisar el juicio de más de ocho mil indígenas encarcelados injustamente y que están en espera de sentencia desde hace años.
Es una infamia que defiendan un Poder Judicial que castiga a los más pobres y brinda impunidad a quien puede pagarla; un sistema de justicia que castiga no hablar español carece de legitimidad y legalidad, expresó.
En tanto, el parlamentario Mier subrayó que la presidenta del máximo tribunal actúa con insolencia al enfrentarse a otro poder, sin respetar lo que representa.
“Es como si nosotros, como legisladores, por más aberrante que nos parezca una resolución de la Corte, que ha habido muchas, impulsemos un plantón afuera de ese tribunal y el presidente del Senado, o el de la Cámara de Diputados, se presente a arengar a los manifestantes”, indicó.
Consideró que Piña no tiene clara la división de poderes y en su ambición olvida que tiene la responsabilidad del control constitucional de este país. Con ello, nos da la razón de la necesidad de la reforma judicial, remarcó.
A su vez, Cantón expuso que la titular de la Corte demostró su desesperación ante la inminencia de la reforma constitucional más importante en la historia del país, después del Constituyente de 1917, que dio vida a la Constitución vigente.
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