Hasta el 6 de septiembre, las autoridades reportaron 179 días sin asesinatos, para un total de 697 desde junio de 2019.
Estos resultados son atribuidos a la aplicación exitosa del Plan de Control Territorial y el régimen de excepción, prorrogado la semana última por trigésima ocasión pese a criticas de sectores opositores que claman por una medida especial de seguridad que no suspenda derechos constitucionales.
Hace pocos días en un mensaje en redes sociales, el presidente Nayib Bukele elogió el desempeño de su gobierno y dijo que El Salvador paso «de la capital mundial de los homicidios al país más seguro del hemisferio occidental».
Además del amplio despliegue de efectivos militares y agentes de la PNC, los resultados también son atribuidos a varios cercos militares en diferentes demarcaciones y a una sostenida búsqueda de pandilleros escondidos en áreas rurales.
En el combate a esta lacra, también destacó la colaboración con países vecinos como Guatemala, Honduras y Nicaragua, desde donde con alguna frecuencia son entregados a las autoridades pandilleros refugiados en esos países.
El presidente Bukele anticipó hace algunas jornadas que proyecta cerrar 2024 con una tasa de crímenes de 1.8 por cada 100 mil habitantes, la más baja en la historia, luego de que al cierre de 2023 se informó de 2.4, entonces la más reducida lograda antes.
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