El también jefe adjunto de la dirección general político militar del Ministerio de Defensa de Rusia precisó este domingo a la agencia de noticias Sputnik que el enemigo intentará nuevamente moverse más cerca de la planta nuclear para tenerla a su alcance, y chantajear a Moscú, presentándole un ultimátum.
Alaudínov recordó que las fuerzas rusas frustraron el intento anterior, el 3 de septiembre, y causaron «bajas sensibles» al enemigo que, sin embargo, procura reagruparse y traer refuerzos desde otras áreas.
La central nuclear está ubicada en la ciudad de Kurchátov, a unos 75 kilómetros de la frontera con Ucrania y cuenta con cuatro reactores RBMK-100, el mismo modelo que el utilizado en Chernóbil.
La semana pasada, el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, visitó la planta de Kursk para realizar una evaluación independiente de la situación en la central nuclear.
El jefe del OIEA se mostró preocupado por la seguridad de la central debido a combates entre las tropas rusas y ucranianas en sus alrededores y dijo que había visto evidencias de ataques de drones ucranianos.
El pasado 6 de agosto las tropas ucranianas iniciaron una incursión armada en la provincia de Kursk y ocuparon varias áreas, lo que provocó el desplazamiento de más de 130 mil civiles.
Desde el 9 de agosto, la región vive una situación de emergencia de nivel federal.
El presidente Vladimir Putin prometió «una digna respuesta» a la provocación de Kiev, a cuyas autoridades acusó de disparar indiscriminadamente contra instalaciones civiles, y reafirmó que Rusia logrará todos los objetivos de su operación militar especial en Ucrania.
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