El recurso había sido presentado por los abogados de Glas que al principio solicitaron el cambio de la prisión por arresto domiciliario en casa de su madre. Luego desistieron y solicitaron que fuera llevado a la cárcel 4, en el norte de Quito.
La defensa del exvicepresidente alegaba que dentro de la cárcel La Roca, donde permanece detenido Glas, este no ha recibido atención médica adecuada para sus dolencias físicas y psicológicas.
Sin embargo, según el informe técnico del Ministerio de Salud Pública, Glas ha recibido 79 atenciones médicas en la prisión, desde el 6 de abril al 2 de julio de este año.
La pasada semana, el doctor en medicina interna Alejandro Barreto alertó que la salud del exvicepresidente Glas se deteriora mientras se encuentra en una prisión de máxima seguridad.
El especialista advirtió ante la prensa que la situación médica, mental y nutricional de Glas son preocupantes y han empeorado en los últimos meses.
Barreto explicó que el exvicemandatario enfrenta un cuadro clínico grave debido a una “polifarmacia” que trae más problemas de salud.
Según el doctor Barreto, la polifarmacia es la ingestión de más de tres medicamentos al día. En ese sentido, explicó que Glas toma más de 40 fármacos diarios, a causa de sus múltiples cuadros clínicos, recetados por especialistas del mismo sistema carcelario.
El galeno manifestó que esta alta ingesta de medicamentos deriva deterioro de órganos como los riñones y reveló que luego de revisar el historial clínico cuando Glas fue hospitalizado, el pasado 8 de abril por un intento de suicidio, no fue tratado por especialistas mentales lo que considera una omisión del Estado, denunció.
Por su parte, la abogada del exvicemandatario, Sofía Espín hizo un llamado a organismos internacionales, como la Cruz Roja para conformar una misión que visite la cárcel en la que se encuentra recluido Glas para constatar el deterioro de sus padecimientos.
Glas, considerado uno de los símbolos de la persecución judicial o “lawfare” en Ecuador, recibió de forma temporal la prelibertad el 28 de noviembre de 2022 luego de la unificación de dos penas de cárcel de seis y ocho años por los casos Odebrecht y Sobornos, aunque la medida fue revocada.
A inicios de este año, la justicia ordenó su captura por presunto peculado en el caso denominado Reconstrucción de Manabí, que investiga una supuesta malversación en obras públicas tras el terremoto de 2016.
Estuvo en la embajada de México en Quito desde diciembre de 2023 hasta el 5 de abril de este año, día en que uniformados allanaron la legación diplomática para capturarlo por orden del presidente Daniel Noboa.
El pasado 6 de agosto, el Gobierno ecuatoriano reiteró su posición de que «no es lícita» la concesión de asilo diplomático a Glas y que no le otorgará un salvoconducto para que salga del país.
Ese anuncio del Ejecutivo aconteciò un día después que el Gobierno de México, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, solicitò permiso para que Glas fuera entregado y trasladado a un tercer país conforme al artículo XIX de la Convención de Caracas.
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