Así consta en la lista actualizada de Londres contra el gigante eslavo, una política que encabeza Estados Unidos y la Unión Europea, pero que Reino Unido secunda de manera fiel, pese a no integrar el mecanismo comunitario.
El ejecutivo del primer ministro Keir Starmer decidió congelar los activos de los tres organismos rusos porque considera que participaron en acciones para desestabilizar a Ucrania o socavar o amenazar la integridad territorial, la soberanía o la independencia de esa nación, explica un documento al que hace referencia la agencia rusa de noticias Sputnik.
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