El más amplio foro político del planeta abrirá las puertas a otro año de trabajo con el lema Unidad y diversidad para promover la paz, el desarrollo sostenible y la dignidad humana, en todas partes y para todos.
Como es tradición, el nuevo período arranca dos semanas antes del segmento de alto nivel, que reunirá a más de 150 líderes mundiales en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, para debatir además los compromisos con la Agenda 2030 y la Carta de la ONU en la Cumbre del Futuro, previsto para el 22 y 23 de septiembre.
Desde este martes, la Asamblea General estará presidida por Philemon Yang, ex primer ministro de Camerún, quien anunció un mandato centrado en la diversidad, para el avance de la paz, el desarrollo sostenible y la dignidad humana para todos en todas partes.
«Estoy convencido de que a través del diálogo, a través del consenso, hablando juntos y mirando al futuro juntos, podemos resolver los problemas”, dijo en mayo el diplomático tras confirmarse para el cargo.
Yang sucederá en ese puesto a Dennis Francis, veterano diplomático natural de Trinidad y Tobago que condujo el foro en un complejo año marcado por el violento conflicto en Gaza, los retrasos en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la polarización incluso dentro de la ONU.
Al despedirse del cargo, el representante caribeño reconoció el papel de la ONU a las puertas de un nuevo ciclo y en plena reforma para “mirar hacia el futuro”.
“No hay otra organización en este planeta como la ONU que tenga la capacidad o el compromiso de hacer lo que hace», dijo Francis el lunes último a la prensa en su último día en el cargo.
El diplomático se mostró optimista con el poder de convocatoria de las Naciones
Unidas, un organismo que “refleja la diversidad que existe en toda la tierra” y donde los estados “pueden discutir sus problemas y preocupaciones juntos de manera racional y civilizada y encontrar soluciones”.
Francis destacó además la acción de la Asamblea General frente al estancamiento del Consejo de Seguridad, foro integrado por 15 países, cuyas resoluciones poseen carácter vinculante.
A su juicio, resulta claro que la venidera Asamblea General, en las circunstancias pertinentes, intensificará su autoridad y hará oír su voz respecto a asuntos que también afectan la paz y la seguridad.
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