En una ceremonia para celebrar la fecha en que nació el eterno enamorado de La Habana, la directora de Comunicación de la Oficina del Historiador de la Ciudad (OHCH), Magda Resik, se refirió al intelectual como un hombre de grandes capacidades para entender las cualidades del protocolo.
A Eusebio no le gustaba ese protocolo rígido, todos y cada uno, tuvieran el cargo que tuvieran, eran importantes para él, y pido permiso para romper la solemnidad y hablar entre amigos, los cuales Leal supo cultivar a lo largo del tiempo, expresó Resik, también locutora de radio y conductora de televisión.
Puede haber alguien aquí que limpie las calles del Centro Histórico con mucha pasión, o alguien que diseñe y maquete en un gabinete de astrología, incluso, quien esté trabajando duramente porque La Habana siga brillando, a cada uno nuestro más aguerrido caminante respetó y escuchó, recordó Resik.
La comunicadora presentó a otro de los fieles seguidores del historiador y allegados de Leal, el músico José María Vitier, quien lo homenajeó disertando sobre su discurso persuasivo, entre otras características.
Todos recordamos su inolvidable modo de oratoria, apasionada, tan erudita como imaginativa, lo mismo desde la tribuna pública que en la intimidad de una confidencia, reconoció Vitier.
El reconocido pianista no dejó ni una expresión suelta, ni siquiera una letra, y enfatizó en esas cualidades de Leal que lo hicieron llegar a la gente con tanta facilidad.
Fue un verdadero orfebre de la conversación, reflejó Vitier; alguna vez sentimos al escuchar a Eusebio en un reconocimieto súbito que así pudo haber sido la voz de Martí, declaró el músico.
Resik cerró el encuentro por el aniversario del natalicio de Leal con unas palabras del propio intelectual durante un acto para celebrar la gesta restauradora y tan compleja del Castillo de Atarés, la cual llevó años, según señaló la directora de Comunicación de la OHCH.
« (…) perdónenme que haya tenido que permanecer sentado, pero estoy un poco fatigado; la fatiga no es el resultado de lo que no ha podido vencerme ni derrotarme, es que vengo caminando hace mucho tiempo, hace muchas décadas, hace mucho siglos; el verdadero misterio es que yo me vi hace siglos en otros puertos y estuve aquí cuando se construyó el castillo».
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