“Hay una cosa que hacen siempre, los jóvenes de varias nacionalidades y religiones. Los jóvenes hacen lío. Los jóvenes hacen barullo. Sigan haciendo barullo”, alentó el pontífice argentino de 87 años de edad, poco antes de partir rumbo a Singapur, donde concluirá su gira por Asia y Oceanía.
En el centro de Convenciones de esta capital, el máximo representante de la Iglesia católica además instó a las nuevas generaciones a respetar a sus ancianos, que son la memoria del país, según subrayó, y se dedicó simplemente a dialogar, hacer preguntas, compartir historias.
También, habló de responsabilidad, compromiso, pidió eliminar el acoso escolar, llamó la atención sobre los perjuicios de las drogas y otros vicios, e invitó a los jóvenes a soñar en grande.
La agenda de tres días del papa Francisco aquí contempló intercambios con los dirigentes del país, considerado uno de los más católicos del mundo, pues cerca del 95 por ciento de su población se declara seguidora de esta corriente del cristianismo.
El líder religioso visitó a niños con discapacidad, asistió a una reunión con los obispos y religiosos en la catedral de la Inmaculada Concepción y celebró ayer una misa, en la explanada de Taci Tolu, para unas 600 mil personas, casi la mitad de la población de este país, estimada en 1,3 millones de habitantes.
La actual gira del papa por Asia y Oceanía incluye Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Leste y Singapur.
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