Arce intervino este jueves en el Primer Simposio Internacional: Diálogos Inter Científicos sobre la Hoja de Coca, en la Casa Grande del Pueblo (sede gubernamental).
“La sagrada hoja de coca es vida en equilibrio, es resistencia y así como hemos resistido a siglos de colonización, hoy resistimos al colonialismo disfrazado de normativa internacional que pretende seguir arrebatándonos nuestra identidad (…)”, sostuvo el dignatario.
Agregó que los pueblos del mundo condenan este punto de vista imperialista, pues no solo se trata de un ejercicio violento de hegemonía, sino también de un claro intento de anular las identidades de pueblos que aspiran a un mundo multipolar.
Este foro tiene el objetivo de promover la reconsideración de la hoja de coca dentro de la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes, así como exigir la eliminación de los estigmas históricos y la ausencia de ciencia que por décadas criminalizó su uso tradicional y cultural.
“Nos encontramos aquí para sanar una herida abierta hace más de seis décadas, más de 60 años -sostuvo Arce-, una herida causada por aquellos que desde los rincones de los poderes coloniales e imperialistas se creyeron con el derecho de juzgar y condenar lo que no entendían”.
Advirtió que la Convención Única de 1961 sobre estupefacientes no solo cometió un error histórico, sino representó un ataque directo contra la dignidad cultura de los pueblos bolivianos.
“Nos dijeron que la hoja de coca, símbolo sagrado de vida y de nuestra relación amónica con la Madre Tierra, era un estupefaciente, nos condenaron a la erradicación, a la criminalización, a la estigmatización de la hoja de coca y no sabían que nuestra hoja de coca, como nuestros pueblos, es indestructible”, enfatizó.
Remarcó Arce que esta materia prima utilizada en la medicina ancestral la incluyeron en una lista de estupefacientes sin los estudios suficientes como parte de una estrategia de control geopolítico.
Destacó el mandatario que el simposio es un espacio en el cual la ciencia moderna se encuentra con toda la sabiduría ancestral y que permite reafirmar que la hoja milenaria es medicina, nutrición y espiritualidad.
En presencia de la embajadora de Colombia, Elízabeth García, Arce agradeció a esa nación sudamericana su incorporación a la lucha anticolonial por la liberación de la hoja de coca de las cadenas del colonialismo y a su despenalización.
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