Será un llamado al presidente Biden de que utilice sus facultades ejecutivas, que son amplísimas, para modificar esa política que heredó del gobierno republicano y que; sin embargo, él ha aplicado con similar rudeza, aseguró.
Rodríguez hizo el comentario durante una comparecencia pública, en la cual reseñó el informe titulado Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba, que considerará la Asamblea General de la ONU en octubre venidero.
Ese proyecto será presentado por trigésima segunda ocasión y, en opinión del canciller, demostrará que los Estados miembros del organismo, «consideran el bloqueo una política extraterritorial, que daña su soberanía, sus intereses, sus economías, sus empresas y empresarios».
«Volverá a demostrar que condenan los daños humanitarios que provoca en Cuba, reiterará que el bloqueo afecta a los ciudadanos estadounidenses y de otros países, que afecta a las familias de cubanos residentes en Estados Unidos», añadió.
Para el jefe de la diplomacia cubana, también «lanzará un mensaje poderoso de orden legal, jurídico, un poderoso mensaje de orden político, un mensaje poderoso de orden moral».
Subrayó, además, que «será muy oportuno, porque apenas unos días después serán las elecciones en Estados Unidos».
Será, insistió, «una oportunidad para el próximo presidente o presidenta de Estados Unidos para reparar una injusticia, para pensar en los daños humanitarios, para ganar credibilidad en política exterior».
De acuerdo con sus valoraciones, la hostilidad de Washington contra La Habana afecta la lucha contra el terrorismo y el crimen internacional, debido a la «politiquería y utilización con fines políticos de la Lista de Países Patrocinadores del Terrorismo», confeccionada por el gobierno estadounidense.
Asimismo, manifestó que «Cuba siempre ha expresado disposición para tener un diálogo (con Estados Unidos) basado en el respeto mutuo, la igualdad soberana, la no injerencia en los asuntos internos, y en pie de igualdad sobre bases de beneficios recíprocos».
Las autoridades de la nación antillana, según reiteró, están en condiciones de debatir asuntos bilaterales «con cualquier gobierno, con cualquier presidente de Estados Unidos, siempre que sea un diálogo serio y responsable».
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