Mientras, la Amazonía enfrenta una sequía extrema que ha dejado a varios ríos en sus niveles más bajos en la historia y ha aislado a decenas de comunidades rurales.
El Gobierno de Brasil informó este martes que unos seis millones de hectáreas del mayor bosque tropical del planeta han sido arrasadas por los incendios desde que comenzó el año, lo que supone un 1,6 por ciento del bioma.
Dicho dato, que comprende el periodo del 1 de enero al 1 de septiembre, se acerca a los nueve millones 186 mil hectáreas de superficie del ecosistema quemadas en todo 2023, de acuerdo con el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales.
La Amazonía brasileña ya suma 63 mil 189 focos entre enero y agosto de este año, el doble de lo registrado en el mismo periodo de 2023.
En varias ciudades se reportan intensas humaredas y una densa capa de humo que afecta la visibilidad y la calidad del aire.
Precisamente, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, viajó al estado de Amazonas, donde visitó a las comunidades rurales afectadas y se prevé anuncie medidas para enfrentar la sequía.
Brasil concentra casi el 76 por ciento de los incendios forestales activos en Sudamérica en las últimas horas, según informaciones del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales.
Según este organismo estatal, «el país registró en las últimas 24 horas cinco mil 132 focos de incendio, concentrando el 75,9 por ciento de las áreas afectadas por el fuego en toda América del Sur».
En los primeros 10 días de septiembre, Brasil ya acumula 37 mil 492 focos de incendio, mientras que en el mismo periodo de 2023 habían sido 15 mil 613.
Asimismo, desde mayo pasado se reportan varios incendios forestales en Bolivia, que han afectado la producción y el turismo en zonas como la Chiquitania.
Las quemas, que en su mayoría están relacionados con prácticas agrícolas como el uso del fuego para limpiar tierras para cultivos, también han afectado vastas áreas del departamento de Santa Cruz, motor económico de la nación y una de las regiones más productivas.
Hace pocas horas llegó al país un grupo de expertos chilenos que, junto a militares, policías y bomberos bolivianos, intentarán sofocar el fuego, que ya ha destruido más de cuatro millones de hectáreas de bosques y pastizales, según datos de organizaciones privadas.
El Gobierno declaró la emergencia nacional, se suspendieron las clases en las zonas afectadas y en el aeropuerto internacional, que sirve a la ciudad de Santa Cruz, los vuelos se realizan de manera intermitente por la poca visibilidad.
Los incendios también afectan a varias zonas de países vecinos como Argentina y Uruguay, en donde se han emitido alertas por el humo que ha traspasado las fronteras.
Esta semana el cielo de varias provincias de Argentina estuvo cubierto de humo debido a las igniciones, que afectan sobre todo al oriente y norte amazónico de Bolivia.
Las autoridades recomendaron a la población limitar su exposición al humo, suspender las actividades al aire libre, mantener las ventanas cerradas y colocar toallas debajo de las puertas y ventanas para que el humo no ingrese.
En Paraguay, más de 100 mil hectáreas, en su mayoría de bosque nativo, han sido afectadas por un incendio que azota desde hace una semana una vasta zona de la región del Chaco paraguayo (oeste), en la frontera con Bolivia.
El gobierno suspendió las clases presenciales en varias escuelas y pidió limitar las actividades al aire libre.
En una circular publicada ante las orientaciones dadas a conocer por el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, el despacho de educación recomendó a los centros cercanos a los lugares donde se reportan puntos de fuego suspender las actividades y proceder “con las clases virtuales o a la distancia”.
“En las demás zonas, evitar la exposición al aire libre” en actividades como el recreo, educación física, deportes, recreación cultural o de otro tipo, “considerando los efectos nocivos que puede causar en la salud respiratoria y ocular”, agregó la comunicación.
También recomendó a las familias de los estudiantes y al personal docente el uso de tapabocas y a los que sufren de problemas respiratorios o alergias, “tener acceso a medicamentos y, de ser necesario, consultar con su médico”.
Por otra parte, Uruguay aconsejó a la población con enfermedades respiratorias crónicas o cardiovasculares, alergias y otras condiciones de riesgo que limite su exposición al humo procedente de los incendios forestales en los países vecinos.
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