El destacado historiador José Ragas señaló que es una ofensa al país otorgar ese honor “a quien huyó, renuncio a la presidencia y utilizó al Estado con fines personales”.
Recordó así que Fujimori, fallecido el miércoles último, aprovechó en el año 2000 un viaje oficial para fugarse a Japón, donde renunció a la presidencia y obtuvo la nacionalidad japonesa.
“El funeral de Estado no es una simple ceremonia protocolar: es un ritual público de sanación colectiva y un homenaje de la sociedad a quien ocupó la más alta investidura”, argumentó.
El Instituto de Democracia y Derechos Humanos de la Universidad Católica rechazó en un comunicado la decisión de rendir honores de Estado al exgobernante fallecido el miércoles último y declarar tres días de duelo nacional.
Se trata, afirmó, de “un golpe más contra la democracia y contra los derechos humanos” y un gesto improcedente para quien destruyó el estado de derecho e instauró un régimen que cometió graves violaciones de derechos humanos y se organizó una enorme maquinaria de corrupción y desfalco.
También es, añadió, “un agravio a la sociedad peruana en general y una nueva ofensa a las víctimas de los graves crímenes cometidos por el gobierno de Alberto Fujimori”.
El analista internacional Óscar Vidarte calificó como “una vergüenza que el Estado peruano rinda honores a un sentenciado por violaciones a los derechos humanos y corrupción”.
El excongresista de centro-derecha Víctor Andrés Belaúnde comentó que la familia del exgbernante debió renunciar a los honores de Estado para que puedan cerrar las heridas que dejó el decenio de gobierno fujimorista (1990-2000).
“Un régimen corrupto y asesino honrando a otro régimen corrupto y asesino, no se esperaba menos”, apuntó en un mensaje por Internet el progresista Movimiento Nuevo Perú, en referencia a las muertes de 50 civiles en las protestas contra el ascenso, por sucesión, de Dina Boluarte a la Presidencia.
Para el portal periodístico Wayka, “mientras la coalición Ejecutivo-Congreso presenta honores al dictador, la memoria histórica y la empatía con las víctimas del régimen fujimorista permanecen”.
El Centro de la Mujer Flora Tristán invoca la memoria y la justicia para señalar que “brindar honores de Estado o quien ha sido sentenciado por matanzas, secuestros y corrupción, atenta contra lo dignidad de las víctimas y sus familiares”.
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