El equipo de la demócrata no perdió tiempo en pedir otro enfrentamiento después del resultado del celebrado en Filadelfia el pasado 10 de septiembre.
Pero Trump evadió esta posibilidad en medio de sus intentos por recalibrar su campaña a poco más de 50 días de las elecciones y cuando las primeras boletas ya están en el correo para las votaciones anticipadas en Alabama y otros estados.
Para el senador Rick Scott, republicano por Florida, sería una oportunidad un nuevo debate. «Si yo estuviera en la posición de Trump, lo haría», dijo.
Por su parte, el senador por Carolina del Norte Thom Tillis consideró que en el debate perdieron muchas posibilidades. Criticó el absurdo de Trump de hablar de que los inmigrantes se comen los perros y gatos en lugar de ocuparse de temas realmente importantes.
La víspera, el exmandatario cerró la puerta a un segundo debate con Harris durante un mitin de campaña en Tucson, Arizona.
«Entonces, como hemos hecho dos debates y como fueron exitosos, no habrá un tercer debate», recalcó y siguió su línea de ataques personales contra Harris.
Sin embargo, no solo fueron noticias incómodas para Trump respecto al debate (las encuestas lo vieron perdedor, pese a que se niega a aceptarlo), pues recibió ayer una victoria legal.
Un juez de Georgia retiró varios cargos en el caso de interferencia electoral en 2020, dos de los cuales eran contra el propio expresidente.
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