Cada año, el tercer lunes de septiembre, en Japón se consagra a sensibilizar a todos en torno a la importancia de cuidar a esas personas, con el mismo afecto que ellos dedicaron de más jóvenes.
Aunque la tradición comenzó en 1951, con el nombre de Día de los Ancianos, no fue hasta 1966 que se convirtió en fiesta nacional y adoptó la actual denominación.
Hasta 2003 se conmemoró los 15 de septiembre, pero a partir de ese año la festividad pasó a celebrarse el tercer lunes del propio mes, debido a la Ley del Lunes Feliz.
Durante este día, en esencia, se resalta la importancia de la tercera edad en la sociedad, por tanto, muchos lo aprovechan para visitar a las personas mayores emocionalmente cercanas, sean familiares o amigos, con un regalo entre manos.
Honrar a los ancianos en Japón se ha convertido en un rasgo cultural, los jóvenes cocinan para ellos en esta fecha, mientras los medios de prensa visualizan el valor de la experiencia y el respeto a la tercera edad.
Las historias de vida de hombres y mujeres que han contribuido al bienestar en el país, suelen acaparar la atención en periódicos, canales de televisión, emisoras de radio, revistas digitales y redes sociales.
En los pueblos más pequeños todavía se mantiene la tradición de organizar una ceremonia en la cual los alumnos de las escuelas y otros jóvenes cantan y bailan, como parte de una celebración que incluye comida, té y dulces, gratuitos para los mayores.
Aunque la festividad trasciende el ámbito familiar, algunos aprovechan la época para viajar en familia y pasarla bien sin excluir a nadie.
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