La oportunidad del reencuentro cada mes con el séptimo arte cubano en los jardines de la emblemática instalación habanera es una iniciativa de la Casa del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, un espacio imperdible bajo las estrellas.
Seleccionado entre los filmes más significativos del año, el largometraje de 1985 constituye la ópera prima del realizador y guionista Orlando Rojas, formado bajo la guía de Tomás Gutiérrez Alea (Titón) y Humberto Solás, virtuosos de ese universo en Cuba.
Una novia para David conquistó en el año de su lanzamiento una mención otorgada por la Agencia Prensa Latina y varios medios internacionales en el marco del VII Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, en La Habana.
En 1986 mereció el lauro El Mégano de la Federación Nacional de Cine Clubes a la mejor película cubana del año, así como el Premio del Jurado y Primer Premio de Largometrajes en el I Festival de Cultura Cubana en Burdeos y Leognan, Francia, entre muchos otros.
La gente se vio identificada con la película, los cubanos hablan mucho con las manos y la primera vez que la vi en el cine con público real, la gente daba patadas en el piso, aplaudían, dialogaban en voz alta con ella. Para mí fue un descubrimiento, declaró su director en una ocasión.
Se permuta (1983), La Bella del Alhambra (1989), Adorables mentiras (1991), Lista de espera (2000) y Boccacerías habaneras (2014) son algunos de los títulos exhibidos en el espacio, creado en 2023 con el propósito de nutrir el vínculo entre el Festival y el hotel, sede oficial del certamen cinematográfico.
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