En una reunión iniciada anoche y terminada esta madrugada, el gabinete de seguridad israelí convirtió el retorno de los residentes del norte del país en un objetivo oficial de la conflagración, anunció en un comunicado la Oficina del Primer Ministro.
La decisión es vista en este país como una justificación más para iniciar las operaciones terrestres contra la nación árabe, pese al reclamo mundial por un alto el fuego y el fin de los combates en Gaza.
Decenas de miles de ciudadanos huyeron de sus hogares en los últimos 11 meses en la región septentrional debido al intercambio de golpes en la frontera entre el Ejército y el grupo chiita.
Desde entonces, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) reconocieron 20 bajas mortales durante la guerra de baja intensidad que mantienen con Hizbullah, mientras que el movimiento libanés admitió más de 440, aunque las cifras no incluyen a los civiles.
La prensa israelí consideró que la medida adoptada por el Ejecutivo es un paso más hacia una nueva invasión del vecino país.
Incluso, el diario Yediot Ahronot reveló que hay planes de lanzar una ofensiva terrestre limitada contra Siria, con el supuesto argumento de combatir allí la presencia de Hizbullah y de sus aliados hutíes, una milicia que controla el norte y la capital de Yemen.
En una reunión ayer con el enviado estadounidense para Oriente Medio, Amos Hochtein, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, defendió una operación castrense a gran escalada.
Horas antes, Gallant repitió la misma tesis durante una conversación telefónica con el secretario de Defensa estadounidense, Llyod Austin.
Las nuevas declaraciones de Gallant suponen un giro de su postura anterior en favor del diálogo, en medio de crecientes rumores sobre su destitución por parte de Netanyahu, con quien mantiene una tensa relación desde hace meses.
En reiteradas ocasiones Hizbullah advirtió de una dura respuesta ante una nueva invasión al Líbano y aseguró que no detendrá el lanzamiento de cohetes hasta tanto las FDI no pongan fin a su agresión contra la Franja de Gaza, donde se reportan más de 41 mil muertos y 95 mil heridos.
La escalada en el norte podría convertirse en una guerra regional, afirmó este martes Yediot Ahronot, en alusión a la casi segura decisión de Irán de salir en defensa de sus aliados.
Según el periódico, funcionarios de alto rango de seguridad y jefes de las FDI alertaron contra “las medidas imprudentes que está planeando el Gobierno en el norte”.
Las autoridades necesitan demostrar que están haciendo algo ante los incesantes disparos en las zonas septentrionales, pero una invasión es un error, en lugar de resolver el problema puede enredarnos en una situación mucho más complicada, estimó una fuente al rotativo.
Durante meses, Netanyahu y sus socios en el poder consideraron a Gaza como epicentro del conflicto, pero, de repente, adoptaron otra visión y ahora ven la frontera norte como el frente más importante, sin aclarar que cambió, criticó la publicación.
No obstante, existen amplios sectores en los distintos componentes de las FDI que apoyan la nueva estrategia del político ultraderechista, muy criticado en la sociedad por la marcha de la conflagración y su negativa a un alto el fuego que permita un intercambio de prisioneros con Hamas.
La postura agresiva es respaldada, entre otros, por los comandantes de la Fuerza Aérea, general Tomer Bar, y del Comando Norte, Uri Gordin, aunque en el Estado Mayor esa estrategia no goza de amplio consenso porque significaría combatir en múltiples frentes de forma simultánea.
La guerra con El Líbano está más cerca que nunca, reconoció una fuente oficial al diario The Jerusalem Post.
“Este momento es lo más cerca que ha estado Israel en una guerra total con Hizbullah” desde el 7 de octubre de 2023, cuando comenzó el nuevo ciclo de violencia, subrayó.
Mientras las protestas contra sus políticas crecen en el país, Netanyahu se alista a ampliar el conflicto que podría hacer estallar el polvorín en Oriente Medio.
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