La vicepresidenta y ministra de Igualdad y Equidad, Francia Márquez, emitió un comunicado donde expresó su condena al ataque contra la base castrense ubicada en Puerto Jordán (Arauca), en el que resultaron muertos dos militares y más de otros veinte heridos.
“Nuestro Gobierno, con el firme liderazgo del presidente Gustavo Petro, ha sido de mano tendida para los grupos armados ilegales, en busca de consolidar la paz total en el país. Es incomprensible que la respuesta sea con terror y sangre. Basta ya de sembrar violencia y dolor en el pueblo. Es momento de permitirle a Colombia vivir en paz”, refirió.
También se pronunció el consejero comisionado de Paz, Otty Patiño, quien expresó que el hecho, al que calificó de terrorista, atenta contra la patria.
“Asesinar soldados no es un camino que conduzca a la paz. Los soldados y oficiales de la Fuerza Pública son hermanos colombianos. Quien atente contra ellos, atenta contra la patria”, aseveró.
También el ministro de Defensa, Iván Velásquez, calificó lo sucedido como un acto execrable, al tiempo que lo catalogó como una clara demostración de cuál es la real voluntad de paz del ELN.
“Cuando esperábamos un gesto que permitiera continuar las negociaciones que se hacían con el grupo, esta es la respuesta que ha dado de manera clara. Frente a ello, las acciones de nuestras fuerzas militares, las operaciones que debe adelantar, que continúa adelantado nuestro Ejército, tienen que ser también contundentes”, sentenció.
Reiteró entonces que, desde el día de ayer, el comandante general del Ejército Nacional José Emilio Cardozo, dirigir personalmente las operaciones que se desarrollan en la región.
Otro funcionario que condenó el ataque fue el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo.
Tras el atentado expresó a medios de prensa que el ELN pierde una oportunidad histórica para negociar la paz e insiste en la violencia.
Durante la noche del ayer, el mandatario del país consideró que lo acontecido marcaba la suspensión de las negociaciones entre el gobierno y la insurgencia, al considerar que la acción prácticamente dejaba cerrado el proceso de paz con sangre.
Previo al suceso, si bien la Delegación del Gobierno en la mesa de conversaciones descartaba que el mecanismo estuviera detenido y aseguraba tener vías de comunicación con el ELN, las pláticas pasaban por un momento de tensión y estaba congelada desde el pasado mes de mayo, según lo decretó el grupo armado.
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