El alto representante aseguró que esos temores se derivan de la falta de respeto por las leyes internacionales en conflictos como los de Gaza, Sudán o Myanmar.
“Cualquier país o entidad militar, milicia o lo que sea, siente hoy que puede hacer lo que quiera porque no le pasará nada”, remarcó durante la conferencia de prensa previa a la semana de alto nivel de la Asamblea General.
Guterres advirtió que se trata de un contexto diferente a lo que ocurría durante la Guerra Fría, cuando también existía la amenaza de otro conflicto mundial.
El máximo responsable de Naciones Unidas reconoció una profunda frustración por las consecuencias del conflicto en Sudán donde ambos bandos «sienten que pueden hacer lo que quieran, que no les va a pasar nada”.
“Esta es la situación de impunidad que lamentablemente vemos en otras partes del mundo”, insistió.
Al referirse al conflicto en Gaza, el veterano diplomático reiteró la necesidad de un alto el fuego, un paso esencial para crear las condiciones a una transición para que la Autoridad Palestina asuma el poder en Gaza y Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental.
Eso, agregó, será la base para la construcción de una solución de dos Estados.
El titular calificó el contexto en Haití como una de las situaciones humanitarias más desastrosas del mundo entero y lamentó la falta de financiación para una salida a la actual crisis.
“No hay paz que mantener”, dijo en respuesta a las posibilidades del despliegue de una misión de Naciones Unidas que sustituya a fuerza multinacional ya presente en el país.
El secretario general urgió a promover un espíritu de compromiso en las negociaciones en curso previas a la Cumbre del Futuro, evento que calificó como un movimiento en la dirección correcta.
A su juicio, ese evento nació de una realidad fría y dura: los desafíos internacionales avanzan más rápido que nuestra capacidad para resolverlo.
“No necesitamos una bola de cristal para ver que los desafíos del siglo XXI requieren mecanismos globales de resolución de problemas que sean más eficaces, interconectados e inclusivos y que los graves desequilibrios de poder en las instituciones globales deben ajustarse y actualizarse”, reconoció.
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