Una nota divulgada en el sitio digital del medio especializado MotorisuMotori, indica que en una reunión en la sede del Ministerio de Empresa de este país, se tomó tal decisión ante la incertidumbre en los plazos de construcción de dicha planta, que debía levantar la Automotive Cells Company (ACC) en la sureña ciudad de Termoli.
Yann Vincent, presidente ejecutivo de ACC, compañía conjunta de las corporaciones Stellantis, Mercedes-Benz y TotalEnergies, aseguró tras ese encuentro con el titular de Empresa italiano, Adolfo Urso, que las discusiones sobre los posibles planes de financiación se reanudarán en la primera mitad del próximo año.
“Entiendo la decisión de Italia de asignar los fondos de manera diferente en este momento”, dijo Vincent y añadió que “si volvemos a vernos el año que viene con un proyecto para una batería más barata que funcione, para la que tenemos clientes, tendremos la confirmación de que el gobierno italiano nos ayudará”.
En la reunión participó además Francesco Roberti, presidente de la región de Molise, donde se ubica Termoli, así como representantes de Stellantis, entidad creada tras la fusión de la compañía automovilística Fiat Chrysler y el grupo francés PSA, además de líderes sindicales.
La demora en la construcción de la planta de Termoli se atribuyó al nuevo contexto del mercado de los coches eléctricos, las dudas sobre la demanda futura de componentes para la industria del automóvil y la posibilidad de adoptar nuevas tecnologías de producción para la creación de baterías entre un 20 y un 30 por ciento menos caras.
El dinero inicialmente destinado para ese proyecto, unos 200 millones de euros, se canalizará hacia otras inversiones coherentes con la transición energética del sector, con el fin de tener una mayor certeza sobre el uso de esos recursos asignados por la Unión Europea, agrega la fuente.
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