Según la Oficina de Gestión del Sistema de Navegación por Satélite de China, esta nueva serie cuenta con un reloj atómico mejorado y un nuevo terminal de enlace, lo que aumentará la fiabilidad del sistema y el rendimiento de sus servicios, en especial la comunicación global de mensajes cortos.
Desde su inicio en 1994, el sistema Beidou se convirtió en una tarjeta de presentación de la innovación y la autosuficiencia tecnológica del gigante asiático.
Para 2035 el país espera desarrollar un sistema de espacio-tiempo integrado más omnipresente, inteligente y eficaz, con menor dependencia de los satélites tradicionales.
Los satélites 59 y 60 se enviaron al espacio desde el Centro de Lanzamiento de Xichang, a bordo de un cohete portador Long March-3B y la etapa superior Yuanzheng-1.
Estos artefactos pertenecen a la órbita terrestre media y forman parte de la segunda tanda lanzada tras la puesta en marcha del sistema global de navegación Beidou-3.
Entre los hitos de la carrera espacial de Beijing se encuentran el rover que llegó a la parte oculta de la Luna y la construcción de la estación Tiangong o Palacio Celestial.
Además, el gigante asiático lanza de manera constante satélites con objetivos variados desde la teledetección, servicios comerciales, comunicaciones, meteorología hasta las investigaciones.
Recientemente la sonda Chang’e-6 aterrizó de forma exitosa en China con muestras de la cara oculta de la Luna por primera ocasión en la historia de la humanidad.
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