Para el secretario general António Guterres, el evento podría establecer pautas sobre todas las reformas necesarias que obstaculizan el avance de los Objetivos para el Desarrollo Sostenible, trazados nueve años atrás y cumplidos en apenas un 15 por ciento.
«Las instituciones de hoy corresponden al mundo posterior a la Segunda Guerra Mundial, y están totalmente habilitadas», dijo Guterres el miércoles en conferencia de prensa al insistir en la necesidad de avanzar en las negociaciones.
Mientras eventos anteriores trataron de identificar de qué forma avanzar en la Agenda 2030, agregó, la Cumbre del Futuro presenta la mejor manera de hacerlo.
Se trata de las reformas que son necesarias en todas las áreas: el Consejo de Seguridad, las instituciones de Bretton Woods, los aspectos relacionados con la inteligencia artificial o el clima, detalló el alto diplomático.
En todas esas áreas, existe un problema grave de gobernanza, y es sobre esa gobernanza que trata esta cumbre, lo que es nuevo y esencial, reconoció.
El Pacto para el Futuro, la declaración principal del evento, busca comprometer a los líderes con 60 acciones en cinco áreas: el desarrollo sostenible y la financiación, la paz y la seguridad, la ciencia, la tecnología y la innovación, la juventud y las generaciones futuras, y la transformación de la gobernanza global.
Además del Pacto, otros dos anexos se centran en particular en un acuerdo digital mundial y una declaración sobre las generaciones futuras.
Más de un centenar de jefes de Estado y Gobierno participarán en la cita, prevista el 22 y 23 de septiembre, antes del Debate General.
Los documentos de la Cumbre abarcan aspectos claves para el equilibrio del planeta como la reestructuración del Consejo de Seguridad de la ONU o la necesidad de ampliar la financiación para el desarrollo.
A juicio de expertos, se trata de una propuesta radical destinada a hacer que el sistema de las Naciones Unidas sea adecuado para el contexto del siglo XXI con ambiciones como la reforma de la arquitectura financiera global, la adaptación de la organización a nuevas amenazas a la seguridad, o el avance hacia el desarrollo sostenible.
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