De acuerdo con las fuentes, los uniformados atacaron con dos drones kamikazes los vehículos bélicos de los radicales en las cercanías de la localidad de Qalidin en la llanura de Al-Ghab, cerca de Idlib.
Asimismo, las unidades de artillería pesada destruyeron posiciones de la llamada Junta para Liberación del Levante, un grupo inscrito en la lista del terrorismo internacional, en las aldeas de Flefeil, Maarat Alia y Al-Bara en el campo sur de Idlib, y en las cercanías de Afes en el este, lo que causó la destrucción de vehículos y la eliminación de terroristas, sin determinar el número.
Los operativos de los regulares fueron en respuesta a ataques de los radicales con proyectiles de mortero y cohetes contra las zonas donde está desplegado el ejército en la línea del frente.
Por otro lado, el ejército envió un convoy militar compuesto por varios camiones y vehículos de transporte de personal y un tanque, hacia el norte del país. Estos refuerzos ocurren pocos días después de una similar caravana enviada también a la línea del frente, tras recibir informaciones sobre preparativos de los terroristas de lanzar un ataque.
En el desierto, los aviones de combate sirios y rusos, siguen bombardeando las fortificaciones y movimientos de los miembros del Estado islámico, Daesh en árabe, grupo inscrito en la lista del terrorismo internacional.
Los golpes se concentraron en las cordillera entre las ciudades de Palmira y Sukhna, las montañas en el campo oriental de la provincia de Homs y en Rusafa en el desierto occidental de Raqa.
Siria enfrenta una guerra impuesta desde 2011 y aunque su ejército, con el apoyo de sus aliados Rusia e Irán, liberó la mayor parte del territorio nacional de los radicales, ocurren algunos ataques que Damasco atribuye a grupos apoyados desde el exterior para seguir desestabilizando al país.
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