El ataque contra la base castrense de Puerto Jordán, que dejó otros 25 militares heridos, fue atribuido por el gobierno al Ejército de Liberación Nacional, una acción por la cual el presidente Gustavo Petro suspendió las pláticas de paz que se realizaban con la insurgencia.
A propósito de la decisión del mandatario, se pronunció durante esta jornada el comandante de esa agrupación armada, Antonio García.
En su red social X, el guerrillero alegó que, aún en medio de las operaciones militares pueden continuarse los procesos de paz, y añadió que eso se ha hecho en varios momentos diferentes gobiernos y que ahora no puede ser la excepción.
Insistió en que el proceso de paz entre el Gobierno y el ELN permanecía congelado, según alegó, por incumplimientos de acuerdos por parte del primero, y refirió que ese grupo dio un compás de espera buscando recomponer el cese, pero no fue posible.
Esto último en referencia a la solicitud realizada por la guerrilla de ser eliminada de la lista de Grupos Armaos Organizados, conocida como GAOS, lo que el consejero comisionado de Paz consideró como una condición muy difícil pues requería la confección de una ley para cuya aprobación no existían las condiciones propicias en el Congreso.
Por otra parte, reclamó que el ministro de Defensa y el comandante de las Fuerzas Militares ordenaran reanudar las operaciones ofensivas contra el ELN ante la imposibilidad de que se prorrogara el cese al fuego entre las partes, que expiró el pasado 3 de agosto.
El ELN ha sido objeto de operaciones militares en su contra por parte de la Policía y las Fuerza Militares, pero nunca hemos dicho que el proceso de paz esté roto, sentenció García.
En respuesta, Petro escribió en X que “se rompe un proceso de paz si se rompe la vida de los jóvenes y se hace sufrir a las familias pobres.
Si el ELN no quiere romper el proceso de paz, dígalo. No se silencien, que la paz es para gritarla y la violencia para enterrarla. No es a los jóvenes a quienes se entierra, es a la violencia a quien se entierra”, manifestó.
Añadió que estaba dispuesto a entregar a esa guerrilla la sotana del padre Camilo Torres si esa insurgencia decidiera hacer de la vida de esta persona su bandera en el amor eficaz.
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