Los analistas califican de innecesaria la nueva regla, que provocaría la demora en dar a conocer el cómputo del 5 de noviembre, día de los comicios.
La regla avanzó con tres votos a favor y dos en contra, a pesar de la oposición de expertos legales y de funcionarios encargados del sistema electoral estatal.
El texto de la nueva regla dispone que una vez se cierren las casetas de votación en la jornada de las elecciones y, además, se haga la contabilidad por las máquinas, se procederá al recuento manual de todos los votos en la totalidad de los condados de Georgia.
Los críticos del procedimiento, entre los que se incluye un grupo de funcionarios locales no-partidista, advierten que no solo se tratará del retraso del conteo, sino que el método manual podría ser susceptible a errores e incluso fraudes.
Tal situación añadiría más complejidad y confusión al proceso en Georgia, uno de los estados que podría decidir quién se llevará las llaves de la Casa Blanca este año.
La Oficina del Fiscal General de Georgia, el republicano Chris Carr, alertó antes de la votación que “estas reglas propuestas no están sujetas a ningún estatuto y, por lo tanto, probablemente sean el tipo preciso de legislación inadmisible que las agencias no pueden hacer”.
Esta es la más reciente de una serie de normativas aprobadas en los últimos meses por esta Junta Electoral Estatal, que desde mayo último cuenta con una mayoría conservadora y que, de acuerdo a medios locales, es afín al expresidente Donald Trump.
Trump tiene en Georgia uno de sus varios problemas con la justicia. Allí fue fichado en una cárcel de Atlanta en una trama que lo acusa por tratar de revertir los resultados electorales en ese estado en noviembre de 2020.
El exmandatario introdujo la falsa narrativa del fraude electoral que aún repite casi a las puertas de las elecciones de 2024.
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