Así sobresalió en el espacio cultural Todo Mezclado, que promociona la embajada cubana aquí, y que volvió a reunir a representantes de ambos países para seguir consolidando nexos entre dos naciones cercanas pese a la lejanía geográfica.
Fue en el mes del natalicio de Benedetti y ocasión para remarcar particularidades y coincidencias entre dos fenómenos culturales casi paralelos, la Generación del 45 en Uruguay y el Grupo Orígenes en la isla caribeña.
De los originarios disertó el escritor y poeta cubano Edel Morales, asentado aquí, quien explicó el rol de hacedores como José Lezama Lima, Virgilio Piñera, Fina García, Eliseo Diego, Cintio Viier, Mariano Rodríguez.
Entre otros que reivindicaron la cultura nacional frente a la pérdida de valores republicanos y la penetración estadounidense en su país.
Morales subrayó la conexión de quienes integraron el grupo y dieron cuerpo a la revista Orígenes, con las transformaciones que trajo el triunfo de la Revolución Cubana a partir de 1959.
Sobre todo en aquella fecunda década del 60 del siglo pasado en que nacieron instituciones culturales de la talla de Casa de las Américas, se multiplicaron las escuelas, la impresión de libros y la ínsula se libró del analfabetismo.
De su parte el escritor, ensayista y crítico uruguayo Alfredo Alzugarat, explicó la imbricación de Benedetti y otros escritores que fueron parte de un fenómeno social en el que la literatura del país sudamericana puso su foco en lo urbano y en la identidad que cobraba esa nación.
Entre ellos Carlos Maggi, Ángel Rama, Ida Vitale, Idea Vilariño y otros cuyos aportes hoy son retomados por sus continuadores, explicó Alzugarat, quien refirió la impronta del semanario Marcha, que consiguió resonancia continental.
Hubo turno para la lecturas de poemas, entre ellos el estremecedor “Aldeas de Vietnam», del uruguayo Milton Schinca, a cargo de su compatriota Victor Guichon; “Playa Girón”, de Idea Vilariño; y “Testamento”, de Eliseo Diego, que declamó su coterránea y periodista Náyade Ferreira.
“Felices los normales”, de Roberto Fernández Retamar, quien fuera presidente de Casa de las Américas, se escuchó en la voz de la embajadora cubana Zulan Popa, a quien acompañó en la velada su homólogo de Guatemala, Estuardo Meneses.
De fondo la imagen de Benedetti y de quienes dieron vida a Orígenes y a la Generación uruguaya del 45.
Y en la otra casa, la de La Habana, el perpetuo homenaje a Mario, quien fuera colaborador, jurado de importantes premios y luego trabajador a tiempo completo como fundador y director del Centro de Investigaciones Literarias de la institución que desde Cuba expandió la cultura de Nuestra América.
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