Anoche, en los prolegómenos de su Premio Donostia que estaba postergado desde 2023 por la huelga de guionistas de Hollywood, el actor español Javier Bardem aseguró que no tiene ‘espíritu de celebración’, porque y como está el mundo es imposible celebrar nada.
Se enfocó concretamente en los ataques de Israel a Gaza y aseveró que ‘desgraciadamente en el mundo hay dos bandos’.
‘Lo que está sucediendo es deshumanizante, terrible. El Gobierno de Israel es el más radical que ha tenido la historia de ese país y está cometiendo crímenes contra la humanidad. Los ataques despiadados de Hamas del 7 de octubre no justifican el castigo global y masivo que está sufriendo la población palestina’, sentenció Bardem.
Oscar por la película No Country for Old Men, de los hermanos Cohen, Bardem consideró que Estados Unidos y el Reino Unido deben ‘cambiar su comportamiento de apoyo incondicional’ a Israel y opinó que la sociedad comienza a entender que las críticas a Israel ‘nada tienen que ver con antisemitismo, ni las dirigidas a Hamas con islamofobia’.
‘Es importante reconocer que el Gobierno israelí no es representativo de la comunidad judía ni de la población israelí’, apostilló.
Luego, recibió su Premio Donostia haciendo reverencias a su familia, en especial a su fallecida madre, la notable actriz Pilar Bardem, y a su mentor, el director de teatro argentino Juan Carlos Corazza.
Anteriormente, el Gobierno de España condenó el bombardeo israelí sobre Beirut y el lanzamiento de cohetes de Hizbulah contra Israel.
En un contexto regional extremadamente tenso, es fundamental la contención para evitar una escalada regional de consecuencias imprevisibles, dijo la Cancillería en un comunicado. Además de Bardem, la cita del 20 al 28 de septiembre en la urbe vasca, también galardonará al realizador manchego Pedro Almodóvar, Premio Donostia, después que fuese ganador en la Mostra de Venecia con su película La habitación de al lado, es una de las atracciones para la alfombra roja.
Junto con Almodóvar se suma otro lauro similar pendiente, nada menos que a la australiana Cate Blanchet.
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