Al intervenir durante la Cumbre del Futuro, el titular de Relaciones Exteriores repasó los desafíos que enfrentan las naciones en desarrollo y la necesidad de reformas realmente profundas para eliminarlos.
“Los pueblos necesitan menos injerencia y más solidaridad; menos intercambio desigual y más equidad; menos politización y doble rasero y más diálogo, cooperación y respeto a su derecho inalienable a elegir su sistema político, económico, social y cultural”, reclamó.
Rodríguez recordó los retos que plantea para su país la política hostil impuesta por el Gobierno estadounidense, incluyendo la inclusión en la arbitraria y unilateral lista de estados que supuestamente patrocinan el terrorismo.
Ese, insistió, es el principal obstáculo para el bienestar y el desarrollo de la nación caribeña.
A la par, el planeta sufre los efectos del cambio climático sin que las sociedades opulentas pongan coto al consumismo que lo genera y sin la voluntad política suficiente para canalizar los fondos necesarios para los Objetivos de Desarrollo Sostenible ni el alivio real de la deuda.
El ministro insistió en que para millones de personas en el Sur Global, la posibilidad de un futuro digno es y seguirá siendo una utopía.
“Será difícil creer en ese futuro prometido mientras los países desarrollados se opongan a la reforma profunda de la arquitectura financiera internacional, cuyas discusiones deben centrarse en las Naciones Unidas”, dijo.
Si esos reclamos han quedado diluidos en el Pacto del Futuro, ¿acaso debemos creer en las promesas de un mayor acceso a los recursos indispensables para nuestro desarrollo?, cuestionó el máximo responsable de la diplomacia cubana.
El alto diplomático intervino en la jornada inaugural de la Cumbre, que abrió sus puertas en la mañana de este domingo con la aprobación del Pacto del Futuro, un ambicioso proyecto de la ONU para una reforma de la gobernanza global.
A pesar del optimismo en torno al texto, las principales voces del organismo aseguran que el verdadero cambio llegará con las acciones y la voluntad política de los estados, en particular de los más poderosos.
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