Los Acuerdos de Paz firmados en 1996 bajo los auspicios de las Naciones Unidas propiciaron importantes avances en la consolidación de la paz, la democracia y el Estado de Derecho, subrayó el mandatario ante los presentes en el foro.
Sin embargo, precisó, casi tres décadas después de esa coyuntura histórica, enfrentamos retos que podrían revertir esos logros y propiciar un regreso autoritario.
En este contexto, mi nación ejemplifica tanto los desafíos como las oportunidades presentes en la región, aseveró el jefe de Estado.
Las elecciones de 2023 fueron una señal de esperanza y cambio para la mayoría de los guatemaltecos, describió en el espacio organizado por el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
En cambio, insistió, también evidenciaron los riesgos asociados a la inestabilidad política y a la persistencia de prácticas corruptas que socavan la democracia.
Esta dualidad nos recuerda que el camino hacia una gobernanza efectiva está lleno de retos, pero asimismo de posibilidades de transformación, consideró el Gobernante.
Remarcó que los desafíos complejos y urgentes reflejan en gran medida las tensiones derivadas de un crecimiento económico insuficiente y los limitados avances en la reducción de la pobreza y las desigualdades.
Las dinámicas de exclusión que resultan de este estado de cosas amenazan la estabilidad y la cohesión social, mientras alimentan lógicas polarizadoras que ponen en riesgo la paz y el desarrollo, reflexionó Arévalo.
La violencia y la inseguridad continúan siendo una preocupación central para nuestras sociedades, añadió.
Calificó de esencial rescatar el valor de la política como un mecanismo vital para reducir la polarización y construir consensos en torno a las prioridades nacionales.
Solo mediante el diálogo y la colaboración podremos impulsar el desarrollo sostenible que nuestros pueblos merecen y que reclaman, planteó el sociólogo de profesión.
Estamos atendiendo prioridades largamente postergadas y trabajando con determinación para fortalecer las relaciones entre el Estado y la sociedad, resaltó el presidente.
A ocho meses de su gestión, advirtió que Guatemala comenzó una transformación hacia mayor justicia y prosperidad.
El camino hacia una gobernanza efectiva en América Latina y el Caribe -opinó- requiere un compromiso colectivo.
El jefe de Estado expresó su convencimiento de que sólo a través de la colaboración regional e internacional “podremos construir sociedades más justas, inclusivas y resilientes ante las crisis globales”.
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