El evento, que reúne a los países mejor ranqueados del orbe, es el más importante auspiciado por la Confederación Mundial de Béisbol y Sóftbol (WBSC por sus siglas en inglés) y en las dos versiones anteriores la mayor isla del Caribe dejó sabores agridulces.
Con el sexto lugar en 2015, los antillanos no estuvieron lejos de las expectativas y aunque no convencieron a la mayoría de su exigente fanaticada, la actuación fue decorosa teniendo en cuenta la calidad de sus rivales.
Luego de caer en su debut ante Canadá con pizarra de 1-5, los dirigidos por Víctor Mesa batieron en cerrados duelos a Países Bajos (6-5) y Puerto Rico (8-7) antes de sucumbir ante China Taipéi (1-4).
Un triunfo ante Italia en otro reñido pleito que concluyó 2-1 les dio el pase a cuartos de final, donde fueron eliminados 7-2 por Surcorea, a la postre campeón.
La debacle llegó cuatro años después en la segunda versión (2019) cuando los cubanos, en aquella ocasión bajo las órdenes de Miguel Borroto, terminaron ubicados en el décimo escaño.
Allí lograron un triunfo en la fase de grupos ante Australia con marcador de 3-2, pero fueron vencidos otra vez por Canadá (3-0) y Surcorea (7-0) y no pudieron avanzar a la superronda.
Sin anotar carreras ante esas dos escuadras y con un average en el torneo de apenas .163, sin poder conectar siquiera un extrabase, el equipo Cuba no dejó una buena imagen por tierras asiáticas.
A partir del próximo 13 de noviembre la selección cubana volverá a encarar el reto con el objetivo de mejorar, sobre todo esa última actuación, aunque fue ubicada en un grupo fuerte junto a República Dominicana, Australia, Surcorea, Japón (vigente campeón) y los anfitriones taiwaneses.
Dentro de la extensa preselección de 60 peloteros solo hay cuatro que han participado en las dos ediciones anteriores. Son ellos los lanzadores Liván Moinelo y Yoanni Yera, el jardinero Alfredo Despaigne y el receptor Yosvani Alarcón.
Moinelo, que ahora es el principal abridor del conjunto, acumula 11 entradas lanzadas como relevista, trayecto donde permitió ocho imparables y cuatro carreras limpias, ponchó a 14 y concedió cinco bases por bolas.
Por su parte Yera acumula cinco capítulos de labor con seis indiscutibles, dos anotaciones, cuatro abanicados y un par de boletos. Hace cinco años solo enfrentó a un bateador y permitió un bambinazo.
Despaigne, de 12-2 en 2019, exhibe un promedio ofensivo de .228 con un cuadrangular y cuatro impulsadas y Alarcón, de 10-1 en la última edición, batea para .290 gracias a su buena actuación en 2015.
Dentro del listado hay otros cinco jugadores que tienen al menos una participación en este torneo, entre ellos Danny Betancourt, quien en 2015 trabajó un par de episodios con igual cantidad de carreras aceptadas.
En 2019 el lanzador Raidel Martínez, líder en juegos salvados en esta temporada en Liga Japonesa con 42, apenas lanzó una entrada, y aunque no le anotaron gracias a tres ponches, permitió un sencillo y boleó a dos contrarios.
Completan los posibles repitentes el torpedero Erisbel Arruebarrena (12-1), el inicialista William Saavedra (1-0) y el jardinero Roel Santos (11-3).
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