Al intervenir en la 79 Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU), el mandatario remarcó que dichos cupos deben tener todas las prerrogativas, incluido el derecho de veto, para garantizar una representación geográfica equitativa en el ente internacional.
Tshisekedi valoró que el elevado ideal de la Carta de las Naciones Unidas, de servir de instrumento mediante el cual todos los países regulen sus propios asuntos, no se ha cumplido.
En respuesta a ello, llamó a los presentes a asumir la responsabilidad de aunar esfuerzos y reafirmar el compromiso con el multilateralismo, “que es la clave de las soluciones verdaderamente transformadoras a los retos que asolan el mundo”.
Añadió que no es posible ignorar el “alarmante aumento de la retórica belicista y el indecente restablecimiento de las prácticas de agresión armada y de saqueo de los recursos naturales, que afectan a todos los continentes”.
En tal sentido, se refirió al conflicto que persiste en la RDC y sigue afectando a la región, además de lo que sucede en Yemen, Sudán, Siria y la “terrible tragedia que se desarrolla en la Franja de Gaza”, todo lo cual amenaza la paz mundial y son ejemplos en los que el multilateralismo podría desempeñar plenamente su papel.
“Es imperativo que actuemos juntos para avanzar hacia la paz, el desarrollo sostenible y la dignidad humana, garantizando así un futuro mejor para las generaciones venideras”, subrayó.
Tshisekedi aludió al Pacto para el Futuro y sus anexos: el Pacto Mundial Digital y la Declaración sobre las Generaciones Futuras, a los cuales valoró como un compromiso esencial para acabar con los conflictos, la pobreza extrema y el hambre.
Aplicar estos documentos permitirá además afrontar retos como el desplazamiento de poblaciones, la migración, la inseguridad alimentaria, las pandemias y el cambio climático, agregó.
Sin embargo, consideró necesarias amplias reformas globales integrales, las cuales implican una reevaluación de la arquitectura financiera internacional y una financiación adecuada.
De igual forma, manifestó que la respuesta mundial al cambio climático y la promoción de las energías renovables requiere un mayor apoyo financiero y técnico para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París.
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