La mayor de ellas se ubica en la ciudad de Gresik, en la provincia de Java Oriental, y está capacitada para procesar 1,7 millones de toneladas concentradas del mineral traído de Papúa.
PT Freeport invirtió unos 3,7 mil millones de dólares en la instalación, por considerar a Indonesia un mercado con potencial donde muchas industrias manufactureras tienen una gran necesidad de cobre como materia prima.
Entre ellas, se destacan la industria automotriz, las plantas de aire acondicionado y las desarrolladoras de automóviles eléctricos.
Al ser una ciudad portuaria, la comercialización es fácil de desplegar desde Gresik y se han tomado las medidas para no dañar el medio ambiente circundante, según apuntó la empresa.
La otra refinería de cobre se localiza en la regencia de Sumbawa Occidental, provincia de Nusa Tenggara Occidental, con la capacidad para procesar 90 mil toneladas concentradas de cobre por año.
PT Amman Mineral, empresa minera de cobre y oro con sede en Indonesia, asumió su desarrollo por 1,4 mil millones de dólares.
Sobre estas dos nuevas adquisiciones, el presidente indonesio, Joko Widodo, afirmó que consolidan el empeño de avanzar en la transformación industrial.
A juicio del mandatario, constituyen pasos estratégicos para convertir a Indonesia en un país industrial avanzado e independiente en el procesamiento de sus recursos naturales, que ahora pueden ser aprovechados por la propia nación sin necesidad de intermediarios.
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