El director de ese importante centro asistencial, Luis Arturo Chávez, detalló que luego de las gestiones instalaron detectores de metales y dividieron las entradas de los pacientes, así como del personal médico.
“Es bien sabido de algunas amenazas de colocación de artefactos explosivos y amenazas directas contra integrantes del hospital”, recordó el doctor en conferencia de prensa.
Sin embargo, acotó, en asamblea llegamos al acuerdo de reanudar las consultas externas y continuaremos trabajando con los ministerios de Gobernación y Defensa para mantener los distintos controles a lo interno y externo.
La seguridad y fortalecimiento del departamento de resguardo y vigilancia del nosocomio son puntos en los que se sigue accionando, subrayó Chávez.
El presidente de la junta directiva del Roosevelt, Zagreb Zea, consideró, por su parte, que existen algunos avances en el tema de seguridad, pues hay más presencia de agentes de la Policía Nacional Civil en los ingresos.
También, añadió, el personal de resguardo y vigilancia del hospital realiza registro de las personas que entran al edificio.
El 29 de agosto pasado médicos residentes del Roosevelt decidieron cerrar, a lo que luego se unieron los demás facultativos, como medida de presión para exigir seguridad en el interior y perímetro del centro asistencial.
A fines de junio último la cartera sanitaria del país admitió la necesidad de cambios profundos en las políticas para la atención a privados de libertad en la red de hospitales.
Sumó entre los riesgos que conlleva la atención a los reos: fugas, tiroteos y heridos, los cuales “han ocurrido en múltiples ocasiones con pérdidas lamentables de inocentes”, aseveró.
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