Un informe sobre Turismo y Comercio, presentado por la Confederación Nacional de Artesanos, Pequeña y Mediana Empresa (CNA), confirmó el importante y creciente peso para Italia del componente internacional en ese sector, que contribuyó a positivos resultados en el verano, pese a una caída en el número de vacacionistas locales.
Desde el mes de julio se apreció una reactivación gradual, sobre todo gracias al aumento de la presencia extranjera, en tanto que la demanda italiana mostró algunos signos de desaceleración por las condiciones climáticas adversas, especialmente en las regiones del norte y centro.
El estudio, divulgado en el sitio digital del diario La Repubblica, señala que esa tendencia se mantuvo en agosto, ante la alarma por la emergencia hídrica en las regiones del sur y en las islas, lo cual provocó una menor demanda turística interna que afectó principalmente a las localidades más pequeñas.
La nota cita además un sondeo de la agrupación sindical de las empresas del comercio, turismo, servicios, artesanía y pequeña industria (Assoturismo Confesercenti), según el cual aunque la temporada turística estará globalmente por debajo de las expectativas, el aumento de visitantes extranjeros se estima en un 1,6 por ciento.
En sentido general, ante la fuerte caída de la demanda italiana del 2,9 por ciento, las pernoctaciones de junio a agosto disminuyeron 0,7 puntos porcentuales, lo que ocasionó una caída de 1,4 millones en las presencias respecto al año pasado.
En términos absolutos, se estiman 105,4 millones de pernoctaciones de italianos para el trimestre del verano, frente a 108,6 millones en 2023.
El crecimiento en turistas foráneos, según la fuente, se apreció en el sector hotelero, con un aumento del 2,4 por ciento. El ascenso fue de 0,9 puntos en estructuras complementarias, mientras las pernoctaciones llegaron a 105,1 millones, frente a 103,4 millones de 2023, insuficientes para compensar la caída de la demanda interna.
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