Vietnam lidera en tres indicadores principales: las importaciones y exportaciones de alta tecnología y el comercio exterior de bienes creativos, señaló Thanh Dat al comentar el Índice Global de Innovación (GII, por sus siglas en inglés) de 2024, que elabora la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI).
En la clasificación mundial, que encabeza Suiza con 67,5 puntos, la nación Indochina ocupa el lugar 44 entre 133 países con 36,2 unidades y el décimo a nivel regional.
Vietnam, puntualiza el reporte, continúa avanzando hacia el top 40 y se sitúa por encima del nivel de sus ingresos en todos los pilares del GII, e incluso por encima del grupo de ingresos medios altos, excepto en lo concerniente a capital humano e investigación.
También destaca por el crecimiento de su productividad laboral y la creación de aplicaciones móviles, indica más adelante y subraya que se trata de un mercado emergente con potencial de rápido crecimiento debido a la industrialización y urbanización, y muy integrado en las cadenas de valor globales y el comercio de alta tecnología.
Junto a la India, China, Turquía, Filipinas, Indonesia, República Islámica de Irán y Marruecos, Vietnam figura entre las economías de renta media que más rápido han escalado en el GII ranking por decimocuarto año consecutivo.
El Índice Mundial de la OMPI toma el pulso a la innovación en un entorno económico y geopolítico plagado de incertidumbres y revela cuáles son las economías más innovadoras del mundo, clasificando los resultados de la innovación en 133 países y destacando sus puntos fuertes y débiles.
Para su elaboración, y a los efectos de ofrecer una imagen lo más completa posible de la innovación a nivel mundial, se toman en cuenta unos 80 indicadores, entre ellos medidas sobre el entorno político, la educación, las infraestructuras y la creación de conocimiento de cada economía.
En opinión de Thanh Dat, para mantener y mejorar la clasificación en el GII resulta necesario elaborar mecanismos y políticas específicas que faciliten el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación, para que sean en realidad los principales motores impulsores del desarrollo de la economía y la sociedad digitales.
Al respecto, sugirió mejorar la capacidad de las empresas para absorber las tecnologías más modernas, priorizar proyectos amigables con el medio ambiente y vincularse con socios nacionales y extranjeros para participar en la cadena de valor global, a la par de continuar desarrollando el ecosistema de emprendimiento y creatividad.
Las localidades necesitan también adoptar activamente medidas para elevar el Índice de Innovación Local (PII), contribuyendo así al mejor posicionamiento del país en este ámbito, consideró el ministro.
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