En total, durante los combates en la línea de operaciones, el enemigo perdió además de las bajas en personal, 132 tanques, 64 vehículos de combate de infantería, 97 blindados de transporte de tropas, y 842 vehículos combate, señala el comunicado del ente castrense.
Además, las tropas rusas destruyeron 541 automóviles, 145 piezas de artillería, 31 sistemas de lanzacohetes múltiples, incluidos ocho Himars y seis MLRS, ocho lanzamisiles antiaéreos, cinco vehículos de transporte de carga, 37 estaciones de guerra electrónica, y nueve radares de contrabatería,
En la última jornada, las fuerzas ucranianas perdieron más de 370 soldados, ocho vehículos blindados, incluido un tanque, dos vehículos de combate de infantería Bradley y cinco vehículos blindados de combate, así como dos piezas de artillería y ocho automóviles.
El pasado 6 de agosto las tropas ucranianas iniciaron una incursión armada en la provincia de Kursk y ocuparon varias áreas, lo que provocó el desplazamiento de más de 100 mil civiles. Desde el 9 de agosto, la región vive una situación de emergencia de nivel federal.
El presidente Vladimir Putin prometió «una digna respuesta» a la provocación de Kiev, al que acusó de disparar indiscriminadamente contra instalaciones civiles, y reafirmó que Rusia logrará todos los objetivos de su operación militar especial en Ucrania.
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