Según manifestó la vocero esta sábado en entrevista con la agencia de noticias Sputnik, las explosiones de los gasoductos Nord Stream 1 y Nord Stream 2 son un acto flagrante del terrorismo internacional que está sujeto a una serie de acuerdos internacionales que establecen obligaciones.
Y las acciones de prevenir tales actos, reprimirlos, investigar su ejecución, llevar a los responsables ante la justicia y cooperar con otros Estados para lograr estos objetivos no se cumplen, a pesar de los continuos llamamientos de Moscú, reiteró Zajárova.
Suiza, donde está registrado el operador de los gasoductos, «ni siquiera intentó investigar el ataque terrorista», mientras Dinamarca y Suecia, «en cuyas zonas económicas exclusivas se registraron las explosiones, finalizaron de manera rápida sus investigaciones sin publicar resultados», señaló.
Indicó que por su parte Alemania, donde se encuentra el punto final de ambos gasoductos, hasta el momento no informó a la comunidad internacional sobre resultados positivos de la investigación, sus órdenes de detención de los sospechosos no se ejecutaron.
Moscú, continuó, envió en repetidas ocasiones solicitudes de asistencia jurídica a países europeos exigiendo ayuda en la investigación rusa del ataque terrorista que fueron rechazadas «bajo pretextos inventados o sin explicación alguna», lo que «contradice las obligaciones legales internacionales de estos estados».
Occidente no está interesado en llevar a cabo una investigación eficaz del ataque terrorista, a pesar del daño colosal causado por la explosión de los gasoductos a la economía y el medio ambiente europeos, lamentó la portavoz.
El 26 de septiembre de 2022, tres de las cuatro líneas de los Nord Stream 1 y 2 fueron blanco de un sabotaje con cargas explosivas en el fondo del mar Báltico, cerca de una isla danesa y frente a las costas suecas.
Alemania, Dinamarca y Suecia se negaron a investigar el sabotaje conjuntamente con Rusia y compartir con ella los resultados de sus pesquisas.
Según la investigación de la revista alemana Spiegel, la operación para volar los gasoductos se llevó a cabo por un grupo de buceadores ucranianos civiles y fue dirigida y planificada por el exagente de los servicios especiales de Ucrania Román Chervinski.
Una investigación periodística realizada por el comunicador estadounidense Seymour Hersh, ganador del premio Pulitzer, reveló que buzos militares de Estados Unidos colocaron las cargas explosivas bajo los gasoductos rusos en junio de 2022, durante los ejercicios Baltops de la OTAN.
Hersh subrayó que el presidente de EEUU, Joe Biden, aprobó el sabotaje tras más de nueve meses de debates secretos con su equipo de seguridad nacional.
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