lunes 23 de diciembre de 2024
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Historias tejidas

Addis Abeba, 29 sep (Prensa Latina) Con múltiples significados y usos de acuerdo con la región, el tejido de cestos en Etiopía es una tradición transmitida de madre a hija nacida de una necesidad social y actualmente forma parte de ceremonias familiares y, en algunos casos, marca el paso de la adolescencia a la adultez.

Materiales como paja, palma, bambú, hierbas, hojas, juncos, entre otros, son utilizados para confeccionar la cestería local.

Antes, los cestos se teñían con tintes naturales para lograr el colorido distintivo, pero en la actualidad las artesanas prefieren combinaciones de químicos para tonos más vivos.

Manos femeninas —apoyadas con cuchillos, punzones, agujas sin filo y otros instrumentos metálicos— cortan y trenzan la fibra para crear complejas cenefas enrolladas alrededor de una base horizontal redonda y cocidas con puntadas verticales.

Son comunes los motivos florales, palomas, cruces y símbolos religiosos característicos de la nación africana, utilizados por las mujeres que, sin pautas o instrucciones, deciden el patrón de uso.

Las técnicas empleadas en la cestería son: el arrollado, en la cual el material se dispone en forma de espiral con volutas superpuestas cocidas; el trenzado de tiras anchas obtenidas de plantas, y el entrelazado, que mezcla las anteriores.

En la ciudad de Jimma, región central de Oromía, es reconocida una especie de fiambrera hecha de paja y cubierta vegetal, con cuero, metal y abalorios, donde se empaqueta el almuerzo para ir a trabajar al campo, mientras que en Harar, en el este del país, los cestos adornan las paredes de las viviendas.

En el valle del Rift (suroeste) las niñas comienzan a tejer desde pequeñas y cuando alcanzan el dominio de la técnica queman su primer cesto, cuyas cenizas son colocadas en sus manos como señal de que están preparadas para unirse al gelach (grupo de mujeres tejedoras).

Meses antes de contraer matrimonio, es tradición en Bochessa, región de Sidama, construir una cabaña donde la mujer tejerá los cestos de su nuevo hogar.

Lo que sí podrás encontrar en cada vivienda etíope es el mesob, una canasta ancha y plana con una tapa cónica muy colorida utilizada para servir y compartir injera (parecida a una crepa hecha con harina de teff) y diferentes salsas que invita a familiares y amigos a comer con las manos.

(Tomado de 4ta Pared, suplemento cultural de Orbe)

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