La más reciente Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases advirtió niveles de hambre de emergencia, o fase cuatro de un máximo de cinco, en al menos dos millones de personas en esa nación azotada por la violencia.
“Esta es una de las proporciones más altas de personas con inseguridad alimentaria aguda en cualquier crisis en todo el mundo”, dijo al respecto el portavoz del secretario general de la ONU (António Guterres), Stéphane Dujarric.
El escenario es aún peor para cerca de seis mil desplazados en refugios temporales en Puerto Príncipe, la capital de Haití, que enfrentan niveles catastróficos de inseguridad alimentaria, la fase máxima de la Clasificación.
Agencias como el Programa Mundial de Alimentos brindaron asistencia a 1,35 millones de personas en el país en lo que va de año, incluso a través de asistencia de emergencia, comidas escolares, protección social y actividades de resiliencia.
Por su parte, las familias con mujeres embarazadas o lactantes, así como los niños menores de cinco años, reciben apoyo adicional para prevenir la desnutrición.
Sin embargo, esa labor es obstaculizada por la falta de fondos así como los desafíos para acceder a las comunidades que viven en áreas controladas por grupos armados.
De acuerdo con la ONU, se necesitan 230 millones de dólares adicionales para implementar programas alimenticios hasta que concluya el 2024.
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