En la comunicación, el ente de inteligencia denuncia que los servicios especiales occidentales preparan el montaje de uso de armas químicas con el claro objetivo de culpar posteriormente e Moscú y Damasco, según destacó la agencia de noticias Sputnik.
De acuerdo con el plan, los terroristas usarían drones durante un ataque de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia contra sus instalaciones para lanzar y detonar un recipiente con cloro.
«Las áreas al este de Idlib se barajan como el lugar más probable para realizar esa provocación», dice el comunicado.
Por su parte, voluntarios de defensa civil conocidos como los Cascos Blancos grabarían en un vídeo «las consecuencias del incidente» y los supuestos testimonios de civiles «para después endosar la responsabilidad en Siria y Rusia», añade la nota.
A juicio del Servicio de Inteligencia Exterior, los gobiernos de Estados Unidos y del Reino Unido son conscientes de haber fracasado en su intento de infligirle a Rusia una derrota estratégica en el conflicto de Ucrania.
Es por ello que se enfocan ahora en socavar la autoridad de Moscú en países del Sur Global y recurren a toda clase de acciones infames, cuando no un terror manifiesto contra amigos de Rusia en Oriente Medio y África.
«Los montajes de ataques químicos en Siria difícilmente ayudarán a Estados Unidos con sus pretensiones hegemónicas y aliados suyos a ganarse a los países del Sur Global que, en su mayoría, se resisten a adoptar una posición antirrusa en el conflicto ucraniano” agrega el texto.
La desconfianza hacia Washington y Londres, en cambio, sí irá a más debido a esas provocaciones, concluyó el servicio de inteligencia ruso.
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